viernes, 25 de marzo de 2011

Ante la adversidad

Hoy me he sentido inclinada a hablarles sobre la adversidad y el resistir ante ella. La adversidad se compone de momentos inesperados, de pruebas, de problemas, del infortunio, de las desgracias, de todo aquello que nos acontece en la vida y que nos es desfavorable.

Nunca esperamos que la adversidad toque nuestra puerta,  no al menos con grandes problemas algunos de ellos sin solución como lo es la muerte. Aunque ya sabemos que la muerte no es sino el regreso al hogar, sólo que aún muchos no la ven asi, sino como una fatalidad de la vida. "Cuando viene un problema vienen muchos juntos" dice un proverbio popular, "es como si todas las desgracias se me vinieran juntas de un sólo  golpe" dicen algunos. Y sí, pareciera cierto, basta que tengamos que lidiar con un problema que nos agobie, para que comiencen a aparecer otros detrás de ese. Pero me pongo a analizar ésta situación y hablando por experiencia propia, creo que cuando más nos ponemos negativos ante los problemas y déjamos que éstos nos arropen, peor es encontrar la luz que nos guie en su solución. Es como si todas las energías negativas que dejamos salir actuaran como un imán poderosísimo para atraer otras desgracias. Pero....cómo sentirnos positivos cuando una desgracia toca nuestra puerta?  o cuándo un problema nos agobia?  sí lo sé, es fuerte! pero por propia experiencia les digo que cuando sosegamos la mente podemos ver la luz del camino y encontrar las mejores soluciones.

"La adversidad depende menos de los males que sufrimos que de la imaginación con que los padecemos." François Salignac de la Mothe "Fénelon" 

A veces nuestra imaginación es muy poderosa, y es lo que atrae el mal, cuando nos anclamos pensando en que las cosas irán a peor, asi será, porque estamos llamando lo negativo y esos deseos funcionan como un gran polo magnético y acarrean todo aquello que tememos. Pero...cómo detener esos pensamientos? se preguntarán, si es lo que primero que nos viene a la mente en momentos de angustia?  controlar la mente no es tarea fácil porque ella ha sido programada desde al infancia con unas enseñanzas que hemos ido asimilando viendo situaciones de adversidad en la familia, en nuestros padres, en cómo las han enfrentado, y por lo menos en lo que yo recuerdo en mi caso particular siempre ví las tragedias con negativismo, siempre con esa connotación de lo malo, lo adverso, lo pernicioso, etc...jamás aprendí eso de " A mal tiempo buena cara",  y es que creo que muchas personas deben haber crecido con la misma idea mia, lo adverso es malo, lo adverso es terrible, no hay nada bueno en una tragedia, etc....reprogramarnos de nuevo para entender que las tragedias enseñan y de que ellas aprendemos y crecemos es algo que debemos hacer asi nos parezca una idea descabellada, siempre en todo dolor hay una enseñanza.

"La adversidad vuelve sabio al hombre."Lucio Anneo Séneca  

Hay una sabiduria que sólo la da el pasar malos momentos, el aprender de las caídas y el sufrir las desgracias, sin que ésto quiera decir que debemos a juro vivirlas para crecer como personas, pero si llegan a nuestra vida entonces sepamos enfrentarlas estoicamente, asi pensemos que no podremos hacerlo.

"La adversidad tiene el don de despertar talentos que en la prosperidad hubiesen permanecido durmiendo." Horacio 

Y es asi, en medio de las adversidades descubrimos que tenemos capacidades insospechadas, que podemos remontar los peores obstáculos y que sacamos fuerzas de donde no tenemos para poder seguir luchando, a veces cuando creemos que ya vamos a tocar fondo, una luz brilla en el horizonte y podemos vislumbrar el camino. Porque Dios nunca nos manda algo que no seamos capaces de soportar, ésta frase la habrán oído , verdad?

Yo he comprobado que puedo estar muy agotada de luchar pero las fuerzas me llegan de donde menos lo espero, porque sé que lo importante es no desfallecer y seguir intentándolo. De lo que uno debe arrepentirse en la vida es de no haber intentado las cosas que deseaba obtener, lo suficiente. Es decir de no haber hecho los suficientes esfuerzos.

También es cierto que en los momentos de adversidad es que se conocen a los amigos. Porque muchas veces ante la adversidad algunos amigos brillan por su ausencia, son sólo unos pocos, o uno o dos los que permanecen dando ánimos y apoyo. Muchos bajan la cabeza o miran a otro lado, incluso puede ser que la propia pareja nos abandone y nos deje solos ante la lucha y en la adversidad. Por eso hay algo de lo que debemos convencernos, contamos sòlo con nosotros mismos, con nuestras fuerzas y capacidad, si no tenemos entereza y valor, los demás menos la tendrán para con nosotros. Sin embargo puede ser que topemos con un alma de luz, y entonces sintamos que se nos da una mano para subir desde el precipicio, los ángeles también están encarnados en formas humanas y a veces eso que nos parece un amigo, es sólo un ángel que nos cuida impidiendonos caer.

"El mayor espectáculo del mundo es un hombre esforzado luchando contra la adversidad; pero hay uno todavía mas sorprendente, y es el ver a otro hombre lanzarse en su ayuda." Oliver Goldsmith

Recuerdan ustedes haber leído la historia aquella del soldado  que pide permiso para ir a rescatar a su amigo en el campo de batalla?  Se las copio:

"Hace muchos siglos en una cruel batalla un soldado preocupado porque su amigo no regresaba del campo de batalla le dijo a su Teniente:

Teniente , mi amigo no ha regresado todavía del campo de batalla , le pido permiso para ir a buscarlo Señor.

¡¡ Permiso denegado soldado !! , no puedo permitir que ponga en riesgo su vida por un hombre que tal vez ya murió.
El soldado se retiró y espero que pasaran unas horas , cuando se dio cuenta que nadie lo vigilaba , salió en búsqueda de su amigo. Siete horas después regreso mortalmente herido y con el cuerpo de su amigo ya muerto.

El Teniente iracundo le gritó: ¡¡ Soldado por qué me desobedeció?, no le dije que su amigo probablemente estaba muerto? , usted mismo lo acaba de comprobar al traer su cuerpo, eso era lo que quería?, traer el cadáver de un soldado muerto y poner su vida en peligro ? Cree que valió la pena haber ido? 


El soldado ya sin fuerzas respondió : ¡¡ Claro que si Señor !! , cuando lo encontré, todavía estaba vivo y pudo decirme: Amigo estaba seguro que vendrías."
 

Como vemos en la adversidad el verdadero amigo no olvida, siempre tiende la mano. Pero son tan escasos esos verdaderos amigos, hoy te juran amistad eterna y mañana te traicionan, hay tanta vanidad en el mundo, tanto hedonismo, tanta complacencia, que es posible que los que se dicen amigos cambien con el viento, sólos los verdaderos permanecen, pero muchas veces esos verdaderos no sabemos verlos ni apreciarlos y por lo mismo arriesgamos de perderlos.

Los tiempos de adversidad tiemplan al ser humano, lo ayudan a conocerse mejor, a saber medir su temple y su fuerza, a madurar, pero debemos aprender con la adversidad a no perder de vista el aspecto positivo de la vida, el creer con asertividad que todo pasará, que vendrán mejores tiempos y que siempre un buen Capitán si es también un buen estratega sabe sortear las tormentas y salir victorioso de ellas. La maldad humana existe y nos acosa, nos rodea, pero la luz siempre puede más que ella, no hay oscuridad que no desaparezca con la Luz, y es en esa luz donde debemos enfocarnos para poder sobrevivir, vencer y seguir vivos en éste plano de pruebas y crecimiento.

"La desgracia termina por amainar. Los vientos no siempre soplan del mismo cuadrante ni con igual fuerza." Eurípides 

Siempre las desgracias pasan, no hay mal eterno sobre todo cuando los buenos luchan porque el mal no crezca y porque la Luz nunca deje de brillar.

"Si al franquear una montaña en la dirección de una estrella, el viajero se deja absorber demasiado por los problemas de la escalada, se arriesga a olvidar cual es la estrella que lo guía". Antoine de  Saint - Exupery.
 
Nunca nos demos por vencidos, sepamos mantenernos firmes y sobre todo seguir intentándolo siempre!!! Recordemos la frase," Debe ser que no lo intenté lo suficiente", ante la adversidad:  temple, coraje, valor y sobre todo fe.

Que la fortaleza nunca nos abandone,
Dina 

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