miércoles, 19 de enero de 2011

Una pena del alma: La nostalgia.

 
Esta noche he sentido a mi alma llenarse de nostalgia, de esa pena serena que se instala a veces en nuestros corazones. Pero qué es la nostalgia? y cómo se siente? 
La nostalgia es un sentimiento de añoranza o de tristeza, de ausencia, de lejanía, se nutre de los recuerdos y son éstos los que hacen que la nostalgia se quede varada en nuestra alma como un antiguo barco sin velas anclado en viejos tiempos, en amadas presencias hoy ausentes, en  sabores, olores, clima, y entonces la nostalgia se viste de melancolía, es decir de negro.
Según lo que he leído la palabra melancolía deriva del griego "Melanjolia", melan que significa negro, color negro, más jolé que significa bilis, es decir  hiel, el humor negro le decían los griegos, es ese humor negro que circula por el cuerpo como una secreción y que tiene efectos psicológicos.

Asi pues la nostalgia esta formada de tristeza, lejanía, ausencias, melancolía, recuerdos de otros tiempos, de otras vidas también, por qué no?

Se dice que la nostalgia es el mal de todos los que emigran y dejan su patria y sus raices, pero también es el mal del alma de todo el que ha perdido algo valioso dentro de su corazón y sólo lo atesora ahora en pensamientos, en imagenes, en recuerdos. Es la "saudade" de los portugueses y brasileros.

Sentimos nostalgia de los sabores, de los olores, de la naturaleza, de los seres queridos, de la tierra, de los amigos, sobre todo para los que estamos lejos de la Patria y vivimos en otros países, la nostalgia es un estado del ánimo que se mantiene intermitente por períodos, a veces suele aparecer con más intensidad y otras veces suele adormercerse en espera de un tiempo mejor que nos acune ese dolor de ausencias que sufre nuestro corazón.

Suele sentirse la nostalgia también por un amor del pasado, por un amor lejano, ese que no podemos alcanzar, ese que nos es vedado muchas veces, no sólo porque ya ha pasado en nuestras vidas y lo hemos perdido, o porque lo hemos tenido cerca y no hemos podido concretarlo, o porque era imposible, o quizá porque es un amor de otras vidas, de esos amores que traemos en nuestra memoria karmica y que muy pocos solemos recordar en ésta vida si tenemos la suerte y la fortuna de reencontrarnos con uno de esos amores de vidas pasadas, seguramente estamos aprendiendo o enseñando algo en ese encuentro, o quizá sólo reactivando los recuerdos karmicos, para no dejar de amarnos ni reconocernos al desencarnar de estos cuerpos materiales que nos han sido dados al venir a éste plano terrenal a cumplir una misión.

En mis regresiones he tenido la suerte poder ver a algunos amores de otras vidas pasadas,  siendo unos de ellos más intenso que otros, la verdad es una experiencia increíble poder sentir que sabemos que amamos a otra persona en otra vida y otra época y poder en ésta vida reencontrarla, en otro cuerpo y con otras circunstancias de vida, quizá ya casado-a, con una familia, sin posibilidades de materializar nada como no sea un aprendizaje espiritual. Y entonces solemos sentir una nostalgia tan grande, inmensa, no sé como describirles lo que se puede sentir al experimentar algo asi,  es saber que amamos a esa persona muchos años antes, en otro cuerpo, en otra época, que fuimos felices, que tuvimos hasta hijos con ella,  conocer esas vidas anteriores a veces nos ayuda a avanzar en ésta, quizá a desbloquear sentimientos, sensaciones, a soltar amarras, a sanar situaciones del alma que necesitan cura y atención.

Les parecerá algo jalado de los pelos lo que les comento,  pero si ustedes han leído los libros del Dr. Brian Weiss sabrán de lo que les hablo, regresar bajo hipnosis  a otras vidas, conocer quienes fuimos en vidas anteriores, con quienes estuvimos ligados en esas vidas, es algo que indudablemente nos cambia el modo de entender el mundo, el alma y la vida.
El Dr. Brian Weiss nos enseña también como hacer autoregresiones conscientes, es decir sin necesidad de ayuda de otros, bajo estado de meditación profunda podemos regresar a vidas anteriores y saber de ellas. Es el método que he aprendido a usar para ver mis vidas pasadas.

Hubo tres vidas pasadas donde tuve grandes amores, es decir en cada una de ellas viví un gran amor, de esos amores maravillosos pero a veces no tan afortunados ni con finales felices, también puedo decirles que he conocido en ésta vida a esos tres amores reencarnados en otros cuerpos, los he conocido por cartas, no en persona, pero he podido con cada uno de ellos reencontrar memorias, ha sido mágico reescatar esas memorias, y saber que cada encuentro ha sido con un fin: Avanzar en el camino espiritual en ésta vida. 

Cuánta nostalgia y melancolía suelen acompañar esos recuerdos, sobre todo si en la vida que vivimos ahora, es decir en ésta reencarnación, las lecciones están siendo muy dificíles de aprender en relación al tema de pareja. No siempre que reencarnamos y hacemos pareja, solemos ser felices en esas relaciones, a veces la relación es una relación de esfuerzo, dìficil, que nos prepara y nos enseña nuevas lecciones en nuestra evolución como almas.

Bueno estoy dejando salir mis palabras asi al viento, solamente inspirada por esa magia que me trae los recuerdos pasados, las memorias karmicas, esas que en noches como ésta, noche de tristeza, melancolía y nostalgia  suele mi alma sentarse muy callada en un rincón solitario de mi cuerpo y asi en silencio se deja inundar de esas miradas antiguas, lejanas, ausentes, de esas risas y sonrisas que quedaron flotando en el viento de un interminable encuentro, de esas lágrimas vertidas en momentos de agobio y angustia, de separaciones, de sufrimientos añejos pero también de momentos muy felices vividos.

Recuerdo a Marcus, lo ví en una regresión que hice, era un centurión romano que vivía en Grecia, en Olimpia, yo era una griega llamada Laetitia, sólo sé que cuando lo ví con su casco, ya saben esos cascos con penachos de plumas rojas, como vestían los centuriones de esa época, Marcus era un valiente centurión, yo una chica griega que al verlo, mirar sus ojos profundos y oscuros me quedé varada en ellos, me quedé navegando en sus pupilas, esas pupilas que me atraparon para siempre en su corazón, de ese encuentro nació una historia de amor, de persecución, de guerra, era la guerra del Peloponeso, en fin....tuvimos un hijo, y creo finalmente logramos vivir en paz en la isla de Creta donde terminamos refugiados. 

En otra vida me enamoré de un Capitán de la Marina Real  Inglesa , era una enfermera de esas que cuidaban a los heridos de guerra, y allí en un hospital de soldados , estaba él, Daniel, fue también un amor a primera vista, me tocó curarle las heridas, atenderle, y de allí nació ese gran amor entre nosotros, él estaba asignado por el Rey de ese entonces, a viajar a las Indias Occidentales, especificamente a lo que conocemos por Jaimaca, allí iba en su barco de esos de velas, también nos casamos y tuvimos un hijo que emigró a USA con los primeros colonos ingleses de su tiempo.

Luego en otra vida fui una india americana que se enamoró de un Ranger, un amor imposible por las diferencias de nuetros pueblos, los rangers en ese entonces sacaban a los indios de las tierras que se suponía no eran de ellos, y de allí sangrientas masacres se sucedian, llevando la peor parte los indíos, planeamos escapar juntos, pero fuimos asesinados por mi tribu cuando nos descubrieron, recuerdo que al morir caí sobre el pecho de mi amado, recordando solamente sus ojos azules, claros, que me miraban fijamente, ambos fuimos asesinados, un final muy triste.

De esas historias de amor, de vez en vez me llegan retazos de memorias y es entonces cuando siento una profunda nostalgia que me embarga, que anega a  mi alma de tristeza, una nostalgia que se hace larga y eterna, que cruza los mares y vuela con el viento,  una nostalgia que la pueblan voces lejanas, que se llena de ecos pasados, de besos alados, de caricias dormidas, de una sombría y gris melancolía.

La nostalgia de la ausencia, la nostalgia de los afectos, de los amores, de la separación de los seres que amamos, la nostalgia de la tierra amada, de los olores de la infancia, de los sabores del hogar, del fogón, del calor alrededor de la mesa familiar, la nostalgia mis queridos amigos, siempre se viste de blanco, es pura y frágil, es hermosa, es un sentimiento que nos enseña que nuestra alma siente y nuestro corazón late, que estamos vivos, que soñamos y tenemos anhelos, esperanzas, deseos, que caminamos por ésta vida aprendiendo, añorando, enseñando, errando, acertando, siendo....pero sobre todo amando.

Quiero cerrar éste post con una canción muy hermosa, cantada por la gran voz de Andrés Cepeda un grande de Colombia. "Como puede ser" .

 

Les dejo un abrazo en la luz, 
Dina 

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