jueves, 16 de septiembre de 2010

De la distancia, la lejanía y el adiós

Hoy me levanté pensando en éstas palabras, distancia, lejanía y adiós. Y la verdad es que tienen tanto que ver en nuestras vidas de muchos modos. 

Estar distante de alguien puede ser terrible si en medio de esa distancia nos unen sentimientos de amor, ahora bien si es al contrario entonces la distancia puede ser un alivio a muchos males, de allí el dicho que dice: "Poner tierra de por medio".

La lejanía está comprendida en esa distancia, la lejanía entre dos puntos, entre dos personas, el adiós, palabra que significa: "Vaya usted con Dios",desear al otro que vaya con Dios, que sea Dios quien le acompañe, denota un buen deseo pero también significa una despedida, alejarnos, distanciarnos del otro.

En éste post  me referiré a las relaciones personales, no a las cosas u objetos .

Se han puesto a pensar por qué nos alejamos de personas queridas? que hace que las relaciones que verdaderamente tienen un valor espiritual en nuestras vidas se vean envueltas en la distancia y  el adiós?
Puede ser que las circunstancias obliguen a ello, como cuando debemos trasladarnos a otro país por razones de fuerza mayor o conveniencia personal,  pero... qué pasa cuando somos nosotros los que creamos esa distancia? es decir, podemos sentirnos tan cerca del otro como deseemos, no importa cuán distante éste esté, para el verdadero afecto u amor, no existen distancias físicas que valgan.

Sin embargo muchas veces somos nosotros los que nos desinteresamos y dejamos que una relación de amistad, de amor, de afecto, de fraternidad o de familia, se deteriore, se acabe, y termine muriendo en un adiós eterno donde no hay ya regresos ni encuentros.

Y es triste......pienso en todas esas personas que he perdido en la distancia, en la distancia física y en la "distancia voluntaria " como la llamo, y es la distancia voluntaria la que más me lleva a reflexionar.

He perdido buenos amigos sólo porque se han casado y sus parejas no les dejan conversar ni tener amistad con mujeres, y una relación que era hermosa y nos nutría desaparece en la lejanía,  no necesitas irte muy lejos fisicamente para crear una distancia, puedes estar incluso viviendo en la misma casa y crear esa lejanía, irnos alejando, separando, sólo por prejuicios o convencionalismos, por ese afán de control que impone una pareja sobre el otro, limitandole su libre albedrío, coartándole su libertad. Y es que yo no concibo que mi pareja me coarte mi libertad, no permito que me imponga sus prejuicios, sobre todo sin razones válidas para ello, el verdadero amor no restringe, al contrario, permite el crecimiento y la expasión.

Pero hay tantas personas que por temor a tener un problema o a no disgustar al otro, acepta ser separado de sus afectos, amistades de siempre, de años, o recientes, qué importa de cuándo sean éstos afectos, lo cierto es que comenzamos a crear distancias y nos situamos en tal lejanía que hace que el amor o el afecto comience a perecer por entropía.....falta de contacto, de intercambio de energía, falta de compartir, de crecer dando.

Y no sólo ocurre en personas cuyas parejas las limitan, ocurre entre amigos comunes y corrientes, se distancian sólo por irse a otro país, se alejan, cambian, se convierten en unos desconocidos para quienes les quisieron y apreciaron....surgen nuevos intereses, otras amistades, etc...que es normal que ésto ocurra, lo que no es normal a mi parecer es que nos olvidemos o desliguemos de nuestros viejos amigos. No hace falta el contacto físico constante, para sentirnos cerca bastan unas líneas y un poco de esfuerzo, pero que pocas veces conseguimos el tiempo para hacerlo.....siempre tenemos excusas para ello, y asi vamos alejandonos de esos amigos "especiales"  que un día fueron nuestro apoyo, nuestro soporte, los que rieron con nosotros y los que lloraron a nuestro lado.

Y es que no siempre éstas cosas ocurren intencionalmente, sino que las vamos hasta dejando pasar sin darnos cuenta.....y otras veces aunque nos damos cuenta estamos tan absortos en las novedades del día a día,  que no le prestamos atención a los llamados de nuestro corazón cuando se detiene ante la puerta del recuerdo queriendo entrar.

Yo quisiera volver a esos pocos "amigos especiales", porque para mí siempre son muy pocos, casi que sobran dedos de una mano para contarlos, quisiera saber que la distancia y la lejanía no son tales, ni son obstáculos para alguna vez volvernos a encontrar y darnos un abrazo.

No puede un Adiós ser tan determinante en el afecto y el amor de dos personas, dos amigos, dos seres que se han querido ( incluso aún habiendo sido pareja, pero que por esas cosas del destino han debido separarse sin desearlo) .

Nuestra sociedad moderna avanza a pasos agigantados, con una rapidez increíble que nos va dejando atrás si no apuramos nuestros pasos para alcanzarla. En ese vertiginoso correr de los días, en ese pasar del tiempo, entre prejuicios que limitan y adioses que confunden, nos vamos quedando varados, allí en ese trocito de tierra, donde alguna vez fuimos felices, donde alguna vez crecimos en compañia, y que ahora se ha encogido y escondido llora en algún rincón de nuestra alma, en un rincón hecho de nostalgia, añoranza y distancia.

  "La distancia no es cuánto nos separemos, sino cuánto nos olvidemos. " Autor anónimo
 
Les dejo un abrazo en la luz, 

Dina  

2 comentarios:

TRILCE dijo...

Palabras que duelen, pasé por tus líneas y me quedo mirando, buen rincón.

Luz en Palabras dijo...

Gracias Trilce, eres bienvenida siempre!