domingo, 1 de agosto de 2010

Volvernos hacia el "Ser"

He estado meditando últimamente en lo arraigado que está en nuestra cultura y sociedad el modo del "Tener".
Cada día vemos más y más consumismo en un afán absurdo de querer poseer más cosas, incluso innecesarias. Un deseo de competencia surge muchas veces cuando vemos que otros tienen cosas que nosotros no poseemos y entonces podemos sentir envidia o celos.
Y lo vemos en jóvenes y adultos con más frecuencia, excluyendo a los niños y ancianos por razones comprensibles.

Los jóvenes compiten entre sí por tener la misma ropa de marca, zapatos, perfumes, autos, etc....porque pareciera que vestirse con ropa que no sea de marca, hace que se sientan "menos que los demás". Y ésto genera sufrimiento e infelicidad. Y la cosa no para allí sucede que mientras más se tiene más se desea, porque ya luego al salir nuevas marcas o nuevos modelos se siente la necesidad de renovar lo que se tiene, asi esté en buen estado y sirva aún, sólo porque ya el vecino está a la moda y ha comprado el último auto de moda o quizá otro objeto de moda, y entonces los sufrimientos crecen, ya que el tener es directamente proporcional al poder adquisitivo. Si  más dinero tengo más cosas puedo comprar y disfrutar y viceversa. Muchas veces se dejan de comprar objetos necesarios, sólo por tener otros que sirven más para lucir y competir socialmente pero que no son indispensables para vivir, sino para alimentar el ego.

Recuerdo  que cuando hacía trabajo comunitario en zonas muy deprimidas socialmente, en casas de latón o cartón, zinc o bloques muy rústicos, no tenían ni qué comer, pero no faltaba el televisor de moda o el stereo de música y la antena parabólica. Quizá sentarse a mirar la TV con el estómago vacio, era más reconfortante que acostarse a dormir sin hambre.

Cuán pobre puede sentirse un ser humano sólo porque no posee lo que ve que otro sí tiene. Y cuán pobre puede ser ese otro a pesar de todo lo que tenga y posea.

Porque ocurre que luego las cosas u objetos pasan a poseer al propietario, y se cae en una relación de alienación, el auto me posee ahora vivo para servirle, o la casa, o cualquier propiedad, y lo mismo vemos en algunos ejemplos con las personas, el hombre que sueña con poseer una mujer determinada, y lo consigue, quizà y en muchos casos porque ese hombre a su vez tiene dinero y propiedades y eso es lo que atrae a esa determinada mujer, entonces la mujer decide que él la posea porque ella a su vez será poseedora de todo lo que es de él que pasa a  ser de ella. Al final ambos son poseidos, ella por las cosas de él y por él y él a su vez por ella quien para controlar la situación le amenaza con dejarle y hacerle la vida infeliz si él no le da todo y la hace dichosa con ese todo que le puede dar.
He aquí dos egos en acción ambos poseyéndose uno al otro y a la vez poseidos por lo que poseen.
Les suena muy común, verdad?

El trueque de  te  doy y me das. Tú eres feliz teniéndome y yo teniendo tus cosas y a tí ya que tú de paso estás poseido por ellas.

Y qué pasa entonces con el Ser?

Dice Erich Fromm en su libro "Tener y Ser":

"El modo de ser tiene como requisitos previos la independencia, la libertad y la presencia de la razón crítica.
Su característica fundamental es estar activo, y no en el sentido de una actividad exterior, de estar ocupado, sino de una actividad interior, el uso productivo de nuestras facultades, el talento, y la riqueza de los  dones que tienen (aunque en varios grados) todos los seres humanos. Esto significa renovarse, crecer, fluir, amar, trascender la prisión del ego aislado, estar activamente interesado, dar."

Valores como la independencia, libertad y presencia de razón crítica, caracterizan al Ser, actividad interior que se renueva, que fluye, desapego del ego y de los bienes materiales, también de las personas, dar, ofrecer....que maravilloso resulta Ser, dejar ese apego al Tener, aprender a vaciarnos, a sentirnos "pobres", dice Fromm, "pobres" de propiedades y bienes en el sentido figurativo como decir no apegados a ellas aunque los tengamos, alimentar el alma y el espíritu, comprender que volvernos más humanos, más espirituales, nos abre las puertas del crecimiento y nos ayuda a evolucionar y ser cada día mejores.

Comprender que no soy mejor porque tengo más, sino soy mejor porque he aprendido a Ser sin competir, crecer interiormente, soy mejor sin compararme sólo porque evoluciono, porque crezco, porque sé dar y ofrecer sin esperar a que me retribuyan.

Aprender que no podemos poseer a las personas ni ser poseidos por ellas,  un esposo/a no es " mio/a" porque me haya casado con él/ella, ni yo soy de nadie, mantener mi libertad sin dañar al otro, pero no dejando de ser, disfrutar de espacios comunes, pero conservar los individuales, ya que amarnos no es ser uno sino seguir siendo dos, pero compartiendo un mismo amor.

Nunca he podido entender el afán de ciertas parejas de dominar y no dejar ser al compañero, eso de que por estar casados no podemos tener amigos del sexo opuesto, sólo porque el otro se considera dueño/a de uno, y cree que el matrimonio es poseer y no compartir y respetar, dejo de respetar a mi pareja cuando le prohibo que sea, cuando impongo reglas y condiciones que le coartan su libertad interior, su libre albedrío, creo que éstos comportamientos son síntomas de inseguridad, de no estar seguros del amor que nos tiene la otra parte, en el afán de poseer y alimentar el ego, comenzamos a alimentar la infelicidad del ser amado, porque una persona que se valore y  ame a sí misma no podrá soportar una "relación-prisión" como le llamo yo a éste tipo de relaciones, al final la relación se socavará y fallecerá el amor por entropía.

Qué amor tan pobre de riqueza interior es ese que posee y domina?

El amor es libre y se otorga de modo voluntario, no nace para ser prisionero del ego, ni es un "objeto" que se pueda poseer, es un proceso, es un sentimiento, una experiencia.

Comenzar el camino del despertar de conciencia, implica aprender a mirar hacia dentro, abrir los ojos interiores, esos del alma, y empezar realmente a "ver" la vida con ojos de desapego, con ojos de bondad, de gratitud, de amor, de crecimiento interior, entender que el Tener sirve para satisfacer necesidades básicas, pero no da la felicidad, que la riqueza interior no depende de cuán ricos seamos materialmente, sino de cuán "pobres " aprendamos a ser y sentirnos en espíritu, la orientación de la vida que tenemos enfocada a la luz interior, aprender a mirar al hermano, al amigo, al otro, con ojos de luz, con esos ojos del alma que sólo miran la riqueza espiritual, saber que somos porque sabemos ser sin dejarnos poseer por el tener.

Volvernos hacia el SER  es el comienzo del camino, la Luz que nos guía en nuestro andar nos llevará con seguridad a puerto seguro, el del crecimiento y la evolución, en definitiva la razón principal de ser almas viviendo una experiencia humana.

Les dejo un abrazo de luz !

Dina

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